16 de octubre de 2012

Mis taconazos, monólogo

Creo que la última vez que me bajé de un taconazo de aguja de los vértigo fue allá por mis 16. Y no me preguntéis cuanto hace de eso por que os aseguro que a estas alturas de mi vida sería una grosería. A tan tierna edad me planté mi zapato plano y mis vaqueros y decidí que eso era lo mío. El poder correr, saltar, bailar, sentarme en el suelo en mitad de la calle o de un prado,..., fue como redescubrir la libertad del niño de tres años, una libertad un tanto primitiva, pero libertad al fin y al cabo.

Con los años, y a mi pesar, he tenido que dejar de usar vaqueros pero he seguido fiel a mi zapato plano. Al fin y al cabo, Audrey Hepburn está considerada una de las mujeres más elegantes de la historia, y, si mal no recuerdo siempre llevaba bailarinas. Solo me volví a subir a unos el día de mi boda y la verdad es que no se pueden definir como "taconazos", tampoco es que fueran muy altos.

Poco a poco ha empezado a molestarme, a pesar de no ser una loca del calzado, ver como cada vez los zapatos planos eran más básicos y con los de tacón hacían verdaderas preciosidades. Normalmente prefiero un básico cómodo, pero a veces también me apetece ponerme algo más mono sin que me sangren los pies. Por alguna extraña razón, si alguien la conoce por favor que me la cuente, cuanto más bonito es el zapato más daño te hace.  Esto no se cumple siempre, pero el tanto por ciento es tan, tan elevado... Tendrían que venir, como los medicamentos, con un prospecto:

1- Que es y para que se utiliza: Zapato clásico de tacón de 36 centímetros de altura. Se utiliza para bodas, bautizos y espectáculos de Drag Queen (dicho desde el cariño, por favor no se me enfade nadie).
2-Antes de ponérselos: no se, quizás lavarse los pies y llenárselos de tiritas por si acaso.
3- Como ponérselos: este epígrafe creo que podríamos saltárnoslo. Si no se puede siempre nos quedará el clásico "con mucho cuidado" que nunca falla.
4- Posibles efectos adversos: Se puede experimentar uno o más de los siguientes efectos adversos: vértigos, calambres, sangrados espontáneos, ampollas, caídas, esguinces, juanetes, callos, ..., un rollito con el guapo enfermero de la ambulancia,...
5- Conservación: ¿limpios?
6- Información adicional: composición, fabricante, edad a la que la/el propietario caduca para poder seguir usándolos, ...
Ahora ya tengo dos razones para no ponerme un taconazo; la primera ya la conocéis, y la segunda es que en cuanto un tacón supera los, más o menos, 6 centímetros mis lumbares empiezan a gritarme como si las estuviera apaleando. Y es que, estoy en la edad de la pre-caducidad, que como todo el mundo sabe va de los 30 a los 80. A pesar de todo esto, o precisamente por todo esto, cuando han llegado las rebajas y como este año no necesitaba casi nada, he dedicado parte de mi presupuesto a comprarme "MIS TACONAZOS". Aprovechando que todavía se llevan las plataformas lo que hace más altura con menos tacón real para que mi espalda no se queje tanto, y, al ver aquellos preciosísimos zapatos, que además estaban rebajados al 50%, no pude resistirme y me los compré. Se que casi no los voy a usar, pero por esta misma razón también se que tengo zapatos para toda la vida.

Contemplémosles:

Ya sé que para muchas esto no será un taconazo, pero yo me mareo solo con mirarlos
 


¿Son bonitos? o ¿Son bonitos? Como reza el dicho sencillos a la par que elegantes.

He de decir que no creo estar atravesando una crisis de ... lo que sea, si no más bien me ha salido la niña rebelde que siempre he llevado dentro: "¿Que no puedo usar que? Ya verás si puedo...". Y además, si así me puedo agenciar el teléfono de un joven y guapo enfermero, ya se sabe que efecto adverso con gusto no pica siempre y cuando se use una buena protección.

En las rebajas de invierno sufrí un ataque parecido. Mi madrina, a la que quiero mucho aunque nunca se lo diga ni se lo demuestre, siempre me hace un regalito o me da algo de dinero para que yo me compre lo que quiera por navidad. En cuanto vi los botines me encantaron, no son excesivamente altos, pero para alguien que siempre va al nivel del suelo,... ¡Ay! Aunque esta vez no fue un ataque de "quiero unos tacones", si no más bien de "cuanto me gustan esos botines; ¡los quiero, los quiero, los quiero!". Y como son un regalo y los regalos están precisamente para darte ese capricho que tú no te pagarías: aquí tenéis a mis preciosos botines.



Espero que con estas dos compras se me haya pasado el brote de ... lo que sea o mi armario se va a llenar de zapatos que casi no usaré y mi agenda de números a los que nunca llamaré, al fin y al cabo soy una mujer casada, y eso no mola.

En fin, pido perdón por mis continuos desvaríos, yo solo quería enseñar mis maravillosos zapatos nuevos y he acabado escribiendo un monólogo, pero es que..., ya sabéis ... yo soy rubia.


8 comentarios:

  1. Yo siempre me aferré al dicho que para presumir hay que sufrir, y lo hago muy bien y si no para muestra mis pies después de los pilares, ahora...estaba monisssima. A mi hija siempre le digo cuando sale con supertaconazos "lleva unas bailarinas en el bolso", pero yo... nunca lo hago aunque lo piense cada vez que salgo, y es que "para presumir hay que sufrir". Saludos San

    Por cierto los botines me chiflan!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya ves yo toda la vida primando la comodidad y ahora debo de estar pasando por alguna crisis, aunque he de decir que no he estrenado todavía los zapatos. Los botines si, aunque a media mañana ya me estoy cambiando. Yo si que llevo de repuesto que ya me conozco. Es más, los zapatos me los compré pensando en navidad, que una siempre se arregla más, y ya con la idea de ir con botas y calcetín gordo y ya sentada ponerme los zapatos y las medias para sufrir lo menos posible.

      Eliminar
  2. Por mi, ya puedes ir pensando en los siguientes monólogos, además de los zapatos, porque me he reído tanto leyéndote y me he reconocido en este post que me he sorprendido.
    De todas formas, deberías dejarte llevar más por estos impulsos, porque tanto los zapatos como los botines son divinos!! Aunque tengo que confesarte... que se me ha ido más la mirada a esa máquina de coser antígua que sirve de soporte a las botas.... en fin.... cada loco con su tema....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ja, ja, ja,... Muchas gracias Rosi, me alegra muchísimo que te hayas reido tanto, ya estaba empezando a pensar que no le había hecho gracia a nadie.
      En cuanto a lo de la máquina, solo tengo el pie; no hay máquina.

      Eliminar
  3. Hola guapa, soy María José, del blog MANGA RANGLAN. He estado viendo tu blog y me gusta, así que me voy a quedar con tu permiso. Ponte tacones, te hace más segura y a la hora de andar se anda más elegante. Me gusta, un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. María José, encantada de que te guste mi blog, bienvenida. A ver si tengo un ratillo y cotilleo yo también el tuyo, todavía estoy en proceso de ir conociéndolos todos.
      En cuanto a lo de los tacones... no lo tengo nada claro, intentaré ir adaptándome en casa poco a poco.

      Eliminar
  4. Esta entrada es genial. BESICOS.

    ResponderEliminar
  5. ME ENCANTA TUS ENTRADAS...TE VOY SIGUIENDO...

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TOP TEN ENTRADAS