Con esta entrada, y aunque no tenga nada que ver con la
costura, voy a empezar una serie con esos truquillos tontos que me hacen la vida un poco más fácil. Y por si alguien no se había dado cuenta la he llamado: "Mis trucos caseros".
Para estrenarla he decidido empezar con el que probablemente sea el que más me gusta. No se el resto del mundo, pero yo la verdad es que no tengo mucha fuerza en las manos. Cada vez que intentaba abrir un bote de tomate, espárragos o lo que fuera, acababa llamando a Mc Gyver para que lo hiciera él. Conocía algunos trucos, unos heredados otros vistos en la tele o por Internet, pero no siempre funcionaban o no tan bien como deberían. Poner una goma alrededor de la tapa, dar unos golpes en la base (iba a poner en el culo, en que estaría yo pensando), agua caliente... ¿Quien no ha intentado alguna vez quitarles el vacío con un tenedor o un cuchillo?
Para estrenarla he decidido empezar con el que probablemente sea el que más me gusta. No se el resto del mundo, pero yo la verdad es que no tengo mucha fuerza en las manos. Cada vez que intentaba abrir un bote de tomate, espárragos o lo que fuera, acababa llamando a Mc Gyver para que lo hiciera él. Conocía algunos trucos, unos heredados otros vistos en la tele o por Internet, pero no siempre funcionaban o no tan bien como deberían. Poner una goma alrededor de la tapa, dar unos golpes en la base (iba a poner en el culo, en que estaría yo pensando), agua caliente... ¿Quien no ha intentado alguna vez quitarles el vacío con un tenedor o un cuchillo?
Esto último es lo que nos dio la idea en casa para encontrar el truco definitivo, el que nunca me ha fallado. Desde que lo uso nunca más he necesitado llamar a Mc Gyver, y es una pena porque a mi lo de hacerme la rubia de vez en cuando me pone, en fin ya encontraré otra cosa.
Aquí os dejo una pista, a ver si adivináis de que se trata.