Vestido ¡Pero esto que es! en preparación

Como ya anuncié me estoy intentando hacer el vestido 122 del Burda de noviembre y, aunque no me apunté al sew along de Rosy, lo cierto es que lo he seguido sin dejarme ni una coma y algunas de sus modificaciones si que voy a hacer. Así que, extraoficialmente y fuera de concurso me considero medio apuntada. Para las que no sepan de que estoy hablando:

La foto de la derecha corresponde al vestido de Rosy y la de la izquierda al Burda y el ser extraño que surja de la mezcla de ambos será el mío, si es que consigo que llegue a buen término. Que digo yo que seguro que si, que como ya sabéis soy bastante cabezota.

Os recuerdo que tras consultar con mis maestras online decidí sacar la talla 38 de pecho y el resto del vestido de la 40. Así lo hice, y tras sacar el patrón lo pasé a una serie de telas para probar. Ni en desigual vas a encontrar esta maravillosa combinación de tejidos y colores. 

¿Ya habéis parado de reiros? Si, pues sigo; en la primera prueba me sobraba por casi todas partes, sobre todo del cuerpo, así que lo baje a la talla 36. Y, aunque en la segunda prueba todavía no me ajustaba tanto como yo quería ya parecía algo:

Y como ya parecía un vestido (¡habían aparecido mis pechos!), me decidí y lo pasé a la tela definitiva con alguna otra modificación. Lo estreche un pelín más, muy poquito que voy con mucho miedo, y también lo acorté. Aquí ya hice las modificaciones del sew along que no se ven en el previo.

En la primera prueba, ya con la tela como Dios manda, aun no me ajustaba bien y lo he tenido que estrechar medio centímetro más. Y creo que así se va a quedar. Pero de esto no hay fotos para que sea sorpresa mi jovencito frankestein y alguien pueda decir eso de "¡pero esto que es!" y darle sentido al nombre del vestido.

Aunque me parece que habrá que esperar; que entre lo despacio que voy, que me espera una época un tanto extraña y no le voy a poder dedicar el tiempo que me gustaría y que ya sabéis que soy rubia, el capítulo final se va a retrasar.

Así que, como diría la Igartiburu, ¡Hasta luego corazones!